Turismo y desarrollo regional ¿para qué?

(En DIARIO 21 de Iquique, del 3 de marzo de 2008)
Se acaban de extinguir las luminarias de los fuegos artificiales con que la Ilustre Municipalidad de Iquique cerró el último de los mega eventos con que animó el verano 2008. Inusitada concurrencia de turistas durante los meses de enero y febrero; indiscutible la masiva convocatoria a repletar estadios, avenidas, playas y hoteles. Inequívoca demostración de las potencialidades del turismo como polo para el desarrollo de la región.
La primera constatación después de la fiesta es la inmensa cantidad de millones de pesos invertidos por la alcaldesa en este objetivo, reflejo de la tremenda potencialidad de los recursos financieros municipales. Está a la vista la intención política subyacente de cara a la ya inminente carrera electoral de octubre; la parafernalia desplegada intentó demostrar que no se necesita de la familia Soria para seguir encantando a los iquiqueños con este tipo de actividades: sin los Soria también hay luminarias, cuetes, farándula, artistas internacionales, murga.
En medio de la fiesta es necesario expresar que no todos logran divertirse con la misma gula. Los grandes empresarios hoteleros respiran tranquilos, con ganancias libres de compromiso alguno con la comunidad; los pequeños propietarios de residenciales y hoteles una o dos estrellas juntan algo para ponerse al día con sus deudas y reservar algo para las vacas flacas; el poblador iquiqueño y su familia disfrutan los espacios aún gratuitos en el programa veraniego mientras pubs, eventos selectos y recitales son abordados por los que pueden hacer turismo, por los que pueden pagar entradas de altísimo costo como sucedió con el Primer Festival de la Canción de Iquique; importante intensificación de la actividad comercial de la Zofri y gran contento de los importadores mientras más extenuados estuvieron sus trabajadores a quienes solo les chorrea de esta ganancia el sudor de la frente debido al aumento de sus jornadas de trabajo.
Es pertinente señalar que estamos categóricamente por potenciar y desarrollar las políticas turísticas regionales; nuestra región es rica en condiciones para ello. Pero no participamos de la irracionalidad de este tipo de iniciativas, las que en aras de una intensificación de la ganancia y del lucro para los de siempre, ofrecen una estrategia que no enriquece ni la cultura regional ni se orienta a satisfacer las necesidades reales de la ciudadanía. Somos partidarios de repensar el turismo en los marcos de un proyecto región y país que contemple a la totalidad de los actores sociales, no sólo al mundo empresarial (que lucra con las ganancias) y a instituciones del Estado (que lucran con sus dividendos políticos); aspiramos a que el desarrollo turístico esté direccionado al fortalecimiento del desarrollo integral de la zona, que haga aportes concretos en ámbitos como la producción de nuevo empleo, el mejoramiento de las condiciones salariales y contractuales de los trabajadores del sector hotelero y de otros servicios anexos, la producción de recursos financieros para inyectar en áreas críticas como mejoramientos urbanísticos en los sectores poblacionales o la construcción y la mantención de áreas recreacionales en zonas de alto riesgo psicosocial.
Nos inquieta la iniciativa de echar a andar una tradición festivalera como el Festival de la Canción de Iquique, imaginado y diseñado en las cúpulas del poder, cuando la vemos como una pobre réplica del Festival de Viña el cual se caracteriza por su tendencia a mercantilizar y banalizar la cultura musical en medio de una danza de millones y una ofensiva mediática casi insoportable. Proponemos convocar a la comunidad artística y cultural de Iquique, a los representantes de los diversos mundos culturales y étnicos, a los inmigrantes internos y de otros países, a pensar un festival musical que rescate verdaderamente valores, tradiciones, creadores, intérpretes que nos aporten a la construcción de nuestra identidad como región andina, multicultural y multiétnica, depositaria de una historia riquísima en acontecimientos y en producción intelectual y artística. Apostamos por un festival que hermane a nuestros pueblos limítrofes, que proponga la construcción de lazos fraternos y espacios compartidos para el crecimiento de todo el territorio cultural norteandino.
Tarapacá es una región joven cuya identidad cultural está en pleno proceso de construcción; apenas conocemos nosotros mismos la riqueza de nuestras comidas, de nuestras tradiciones orales y cosmovisiones. Está pendiente la masificación de un turismo social, para la gente del pueblo, que le permita en terreno conocer lo que encierran las oficinas salitreras, las quebradas, nuestras caletas; es decir toda nuestra gran riqueza cultural que tiene insospechadas proyecciones también turísticas.
Epifanio Flores
Partido Comunista de Chile - Comite Regional Iquique