Partido Comunista de Chile - Regional Iquique

lunes, abril 23, 2007

Municipio iquiqueño: entre traiciones y esperanzas

Municipio iquiqueño: entre traiciones y esperanzas.
(Publicado en Diario 21 de Iquique, el 23 abril 2007)
De la sobre cincuentena de alcaldes y un número mayor de cuerpos edilicios que ha tenido Iquique a partir del período municipal chileno, algunas etapas de nuestra historia municipal no ha estado excenta de la peor demagogia, del afloramiento de caudillos, las traiciones, las concertaciones espurias y la falta de principios; es decir todas las bajas pasiones capaz de catapultar la venganza política o la ambición de poder. Otras etapas críticas han sido los períodos de alcaldes impuestos por el tirano gobernante de turno, como la era pinochetista, que a la vez pasaban a ser pequeños tiranuelos y dilapidadores de los bienes de la comuna. Esto a propósito que he leído a más de un político local hablando de la actual como la peor crisis que ha tenido el municipio local. Afirmar ello es, al menos, ignorancia.
En el plano comunal en nuestra ciudad nunca se ha buscado el despliegue de la participación democrática, al revés, ha sido cómodo para la autoridad comunal de turno la domesticación ciudadana, lo que a la vez favorece a los inmensos poderes fácticos, económicos e institucionales. Por ello han sido tolerados por estos poderes a través de la historia, pues han sido completamente funcionales a la estructura de dominación y expoliación de nuestras riquezas naturales, contra la que jamás estos líderes locales y autoridades comunales se han pronunciado. Nada indica que la cosa será distinta en ese plano.
En contraste, las mejores etapas que el municipio iquiqueño ha sabido lucir tienen que ver cuando se ha sabido desplegar la participación ciudadana, la que ha sabido colocar personalidades que a través de nuestra historia aparecen como paradigmas éticos que debemos reenfocar mejor para retomar su camino e iniciar un camino de desmalezamiento.
Salvo la breve etapa de instalación del primer municipio chileno en noviembre del año 1879, sobrevienen pronto una serie de personalidades municipales fuertemente ligados u obedientes a los inmensos intereses salitreros o tremendamente condescendientes con el peso específico nacional y regional de éstos. De antología son en nuestra historia municipal los grandes escándalos de fraude electoral, las mutuas acusaciones de robos y por el descalabro de los bienes comunales. Clásicas son las etapas caudillistas, como lo fue la era arturista, dirimida a balazos cuando el ex alcalde Arturo del Río ya senador se enfrenta, por cierto ambos tirando al ruedo a matones profesionales, con un impetuoso Alessandri llamado por sus rivales a poner fin al dominio arturista. El candidato a senador Alessandri tuvo que matar hasta al jefe de la policía de Iquique involucrado en esta maraña de intereses y ambiciones ajenas.
En medio de esto, los trabajadores organizados venían haciendo esfuerzos desde el momento de la fundación de la Mancomunal de Obreros el año 1900 por llegar al municipio. Claro que siendo objeto de sucesivas traiciones y las recurrentes represiones. Esto hasta que un grupo de obreros socialistas iquiqueños van acrisolando en sí un ética inédita hasta entonces en nuestra ciudad y traída por Recabarren a Iquique. Ellos rompen con el partido demócrata, e instalan a tres municipales en las elecciones de marzo de 1912. Con estos pioneros: Enrique Salas, José del Carmen Aliaga y Luis Hormazabal, se inaugura el comienzo de una etapa de ascenso democrático, solo detenida o escamoteada a golpes de fraudes, carcelazos y represiones o derechamente por las destituciones ordenadas por el tirano gobernante de turno.
Claro, y hay que decirlo, un obrero o un representante de los trabajadores en el municipio por sí mismo no es ninguna garantía cuando se carece de principios. Así al menos nos indica la experiencia cuando Alessandri ya presidente de la República, aboga por la instalación de la llamada municipalidad obrera en Iquique en las elecciones de abril de 1921. Los trabajadores alessandristas eligen a cinco obreros y ganan la alcaldía. Inician una labor de depuración y limpieza municipal pero al poco andar caen en los mismos vicios, robos y desfalcos que denunciaron para ser elegidos y el alcalde va a dar a la cárcel. Al alcalde de la misma línea que lo sucede tiene que ser sacado enfrentado éste a balazos con la policía en el propio edificio comunal.
¿Desalentador dirá usted? Creo que nó pues la esperanza se construye. Como ciudad podemos lucir orgullosos a verdaderos referentes éticos en nuestra ciudad, entre ellos autoridades edilicias comunistas como los alcaldes José Tristán Barrera, Eloy Ramírez y Rigoberto Echeverría. Como los municipales José González, Arturo Carvajal, Juan Valencia, Eliana Ugalde y Segundo Bustamante. Y últimamente, como Hugo Bolívar.


Epifanio Flores

Partido Comunista de Chile - Comite Regional Iquique

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