Partido Comunista de Chile - Regional Iquique

lunes, diciembre 25, 2006

La Masacre de la Escuela Santa Maria

La Masacre de la Escuela Sta. María

No existe ningún iquiqueño que no esté relacionado de alguna manera con la masacre acaecida en la escuela Santa María de Iquique el 21 de diciembre de 1907. Fue un acontecimiento tan horrible y por lo mismo traumático, que quedó indeleble en la memoria colectiva. Todo iquiqueño y pampino –en mi caso nací en la oficina Humberstone, lugar donde se asentaba la oficina La Palma- tenemos algún familiar que participó en la gran huelga. Así pasó con mi abuelo que niño bajó de la pampa al puerto con sus padres y que milagrosamente lograron salvar de las balas asesinas ordenadas por el general Silva Renard.
En contraste la prensa local y con mayor razón nacional no le dio la cobertura que reclama un acontecimiento como este. Somos naciones relativamente jóvenes que estamos en pleno proceso de construcción de nuestra identidad y como ciudades o regiones aportamos más y mejor al conjunto como nación si remarcamos los perfiles de nuestra propia identidad nortina. Estos “olvidos” causan extrañeza cuando llegan visitantes de otras latitudes, como lo expresó el diputado venezolano Víctor Martínez en su alocución en el acto de homenaje tributado por la CUT en el monolito. Por cierto la historiografía ha tratado latamente esta matanza y otras, algunos en forma seria y otros de manera sibilina, pero hay aspectos y enfoques en lo que hay que continuar avanzando, sobretodo lo elaborado por los propios obreros y sus dirigentes.
Pero volviendo al tema del olvido, sin duda es imperdonable lo acontecido con el sitio en el que fueron sepultados en una fosa los mártires de la masacre, el ex cementerio n° 2, lugar en el que se erigía un mausoleo con un pampino labrado en madera. En el lugar se yergue una población y cercano al espacio del mausoleo existe un olvidado monolito que apenas llama la atención a quien se interne hacia esa perdida plazoleta. Sabemos que el destino de esos cuerpos se encuentra en el actual cementerio n° 3 y es responsabilidad nuestra reubicarlos. Algunos de los heridos que fallecen posteriormente se encuentran en el cementerio n° 1.
Para Recabarren, que se encontraba en Argentina en el momento de la huelga y posterior masacre, le significó cambiar drásticamente sus planes e inicia los preparativos para instalarse en Iquique. Llega a nuestra ciudad el año 1911 y de inmediato se aboca a la edición de un diario obrero “El Grito Popular”, que luego da paso al diario “El Despertar de los Trabajadores” e inicia los preparativos para la fundación de un nuevo partido político: el Partido Obrero Socialista que nace en Iquique el año 1912. Simultáneamente se aboca a la inmensa labor de organizar a los trabajadores en un sentido de convergencia hacia una sola gran organización gremial, que fructifica posteriormente con el sentido unitario que adquiere la FOCH, la Federación Obrera de Chile, que había nacido como organización mutualista. De allí en adelante el gran legado de Recabarren apunta a la unidad de los trabajadores, que luego se expresa en la CTCH, Confederación de Trabajadores de Chile, después la CUT, Central Única de Trabajadores y ahora la otra CUT, la Central Unitaria de Trabajadores que reconoce continuidad en su antecesora.
La prodigiosa organización que le imprimieron los huelguistas al ritmo de la ciudad –prácticamente constituidos en poder paralelo- y la unidad alcanzada por los trabajadores en el desarrollo de la huelga en Iquique le confirman a Recabarren la validez de esas herramientas. Pero son los valores éticos que fluyen de ese sacrificio colectivo los que le confieren al padre del movimiento obrero la certeza de la justeza y la legitimidad que tiene el pueblo de alcanzar el poder político para sí.


Epifanio Flores
Partido Comunista de Chile - Comite Regional Iquique