La vigencia del legado de CHe

La vigencia del legado de Che
(En "DIARIO 21" de Iquique, el 8 de octubre de 2007)
Hoy se cumplen 40 años de la caída en combate del guerrillero Ernesto Che Guevara, ocurrido en Bolivia el 8 de octubre de 1967, y que culminó luego en su posterior ejecución al día siguiente. En todo el mundo se conmemora esta fecha, especialmente en el pueblito de La Higuera, lugar en que fue asesinado. En nuestra ciudad esta conmemoración se realizó en el aula magna de la Universidad Arturo Prat, UNAP, este pasado jueves, y contó con la histórica visita y presencia de Harry Villegas, conocido con el nombre de Pombo, con el cual lo bautizara el propio Che. Como sabemos, Pombo es uno de los sobrevivientes de esa guerrilla que ingresara a Chile en febrero de 1968, junto a Benigno, Urbano, Estanislao Vilca y Efraín Quicañez. Este último episodio se inscribe en nuestra historia regional y la crónica completa y de mi autoría ha sido publicada por el diario El Siglo de esta semana.
Pero vamos a lo que interesa hoy destacar. Mucho se ha escrito y también bastante se conoce sobre esta gesta y los personajes involucrados en ella, pero la estadía de Pombo en nuestra ciudad permitió relevar aquellos aspectos menos expuestos del Che, como lo es su inmensa grandeza humana, detalles entregados por Pombo en su magistral exposición concedida en la UNAP, así como una entrevista en la radio Nuevo Mundo de Iquique, versiones que esperamos sean en algún momento publicadas.
Según Pombo, que lo conoce al Che desde los primeros tiempos de la Sierra Maestra, también durante su estadía en el Congo, y también trabajando juntos en Cuba; pero también hasta la última batalla en Bolivia, el rasgo distintivo del Che está en su tremenda humanidad y su ética. Claro, porque a Che se le conoce comúnmente en su rol de guerrero, de comandante de la guerrilla; pero según Pombo el aspecto distintivo de Che está en su papel de constructor de sociedad, en cuyo marco es determinante su concepción de la creación del hombre nuevo y en el cual la educación y el trabajo juegan un papel determinante en su forja. Así crea en Cuba el trabajo voluntario, en donde él daba el ejemplo siendo el primero en dedicar sus ratos de ocio al trabajo voluntario. Era un ejemplo de sacrificio.
Está su ejemplo también en su dedicación a la lucha por la construcción de un mundo mejor donde el hombre sea el centro de todo. Consiguientemente a Che no le gustaba la guerra; para él era ésta el último recurso y la última alternativa de los pueblos para acceder a su liberación. Consiguientemente estaba en todo su quehacer ese amor por el ser humano. Y por tanto el que es capaz de sacrificarse y ofrendar su vida por el ser humano, no puede ser catalogado como guerrerista. Lo más importante para Che era la vida, la construcción de una sociedad donde todos tuvieran la posibilidad de educarse.
Asimismo y como norma de vida, jamás aceptó privilegios de ninguna clase, ni en la paz ni menos en la guerra aceptó jamás un tratamiento especial, una cucharada de comida de más que sus compañeros. Nunca ninguna misión la mandó a realizar si no era él mismo capaz de llevarla a cabo.
Pero donde queda clara su grandeza es en los momentos finales de su captura, cuando al ser emboscados en la quebrada del Yuro por miles de Rangers entrenados por boinas verdes estadounidenses, el Che determina primero la salida de los combatientes enfermos, poniendo en riesgo para ello incluso su propia vida, como al final acontece. Que tremenda distancia con sus detractores neoliberales y con los vociferantes. Ello explica la permanencia del legado de Che en el tiempo, la admiración que aún provoca en las nuevas generaciones, lo que perdurará hasta la completa emancipación de la humanidad.
Epifanio Flores
Partido Comunista de Chile - Comite Regional Iquique