Nesko Teodorovic: ¿Y quien chuchas defiende a los pobres?

Debe haber parecido bastante extraño escuchar esta criolla interpelación en un muchacho con pinta de europeo como Nesko Teodorovic Sertic, iquiqueño de adopción que, según sus amigos, recurría a ella para coronar una discusión política cuando ésta tomaba equidistancia del meollo del ser de izquierda, que es la lucha por la dignidad de los más pobres. Nesko nace en Austria el 19 de septiembre de 1948, estudiando en Iquique se impregna de aquellas tradiciones populares y culturales gestadas en el norte e ingresa a militar en la Juventud Socialista. Sus quehaceres políticos se entrelazan con su actividad literaria y principalmente teatral; escribe su obrita de teatro “Las Potencias”. Pero principalmente desarrolla su pasión teatral en la vieja casona “Veteranos del 79” desplegando su exuberante histrionismo, en aquel lugar donde funcionaba el Coro Polifónico de Iquique que formara su padre Dusan Teodorovic.
Culminados sus estudios en el Colegio Don Bosco, el año 1971 debe partir para estudiar periodismo a la Universidad del Norte de Antofagasta donde participa de esa ebullición juvenil universitaria en torno al proceso de transformación social que encabeza Salvador Allende y que el mundo sigue con gran esperanza. En ese ambiente estudiantil se radicalizan sus ideas e ingresa al Movimiento de Izquierda Revolucionaria, MIR, sin por ello abandonar su pasión artística. En esa etapa es que conoce a una hermosa muchacha del MIR y que será su esposa, Elizabeth Cabrera Balarriz, asistente social, y con la cual tienen un hijo que adoran.
Producido el golpe militar del 11 de septiembre de 1973, Nesko y Elizabeth son detenidos y ya no pueden volver a ver a su pequeño hijo.
El 15 de septiembre de 1973 los tres prisioneros son trasladados hacia la base Aérea de Cerro Moreno por una patrulla militar al mando del teniente Álvarez, oficial del Regimiento de Infantería Esmeralda de Antofagasta. Se trata de los prisioneros pertenecientes al MIR de Antofagasta, Luis Muñoz, quién va con su brazo quebrado producto de las torturas inflingidas; junto a Elizabeth que tiene un embarazo de cuatro meses y su compañero Nesko. La patrulla militar está conformada además con el entonces cabo de Fuerzas Especiales, Arturo Osores, los cabos primero Plaza, Martínez Mella y Martínez Lagos. Pasada las ocho de la noche el teniente Alvarez ordena detener el vehículo, hace bajar a los tres prisioneros y les ordena que caminen en dirección a la pampa, pero temiendo éstos que les disparen por las espaldas se niegan a caminar. Enfurecido el teniente ordena dispararles. Los soldados vacían los cargadores de veinte municiones de los fusiles SIG de asalto sobre cuerpos de los indefensos prisioneros. A pesar de las atroces heridas el teniente Alvarez tiene que rematar a uno de los prisioneros que muestras señales de vida. Luego son cargados en el camión, de regreso a Antofagasta y sencillamente lanzados en la puerta de la morgue.
Nesko cuenta entonces con solo veinticinco años de edad, su esposa veinticuatro, su compañero veintiocho. Sus asesinos continúan en la impunidad y cobardemente ocultos hasta hoy.
Tal vez la vieja casona del barrio El Morro tenga impregnado algo del metal de la voz de Nesko enarbolando irreductible la defensa de su pueblo, exigiendo dar la cara por los más pobres, en cada acto nuestro, en cada paso que damos. Lo que sí es claro que su sacrificio y el de su compañera será algún día reconocido por su pueblo y colocado en el sitial al que nunca podrán acceder sus asesinos y quienes hoy los ocultan. (Epifanio Flores)

Partido Comunista de Chile - Comite Regional Iquique