No a las termoeléctricas en Patache

En aras del lucro desatado para las grandes compañías internacionales nos hemos caracterizado como región por una completa falta de previsión y planificación de nuestro desarrollo. El ciclo de la plata en la Colonia, el ciclo del salitre luego de la guerra, el ciclo pesquero impulsado por la CORFO, el actual ciclo minero en la región, son todos procesos de una colosal acumulación de capital que principalmente sale de la región (y del país) y en proporción casi nada nos ha quedado para sostener nuestro desarrollo. Prácticamente no lo tenemos.
En la actualidad el ciclo minero requiere del consumo de grandes cantidades de energía eléctrica; casi toda la energía del Sistema Interconectado del Norte Grande, SING, se ocupa en la gran minería privada, que de paso nos encarece enormemente el remanente de energía eléctrica que ocupamos en nuestras casas. Frente a la expansión minera se precisa de mucha energía eléctrica y he allí la urgencia de poner en marcha los proyectos de instalación de las termoeléctricas. Desgraciadamente para nosotros la tecnología en ese plano parece estancada y recurriremos al mismo expediente al que se optó en Tocopilla hace más de sesenta años y es cosa de ver lo que ocurre en ese hermoso puerto languidecido por la grave agresión de la contaminación en su litoral.
No obstante la cerrada oposición de la comunidad y el elevado clamor de los habitantes de las caletas de nuestro hermosos litoral avanzan arrolladora la inminente instalación de las termoeléctricas en Patache y que traerá efectos gravísimos para la población costera y un peligroso compromiso de todo el medioambiente marítimo. Pese a las irregularidades en relación a la participación ciudadana la autoridad ya le ha dado su aprobación al curso actual de dos de esos proyectos.
Cualquiera sea el combustible que se use, ya sea el carbón bituminoso, el petróleo o el gas, se generará una lluvia tóxica como producto de las emisiones y escapes de cenizas, polvos en suspensión, etc., que se depositarán en nuestro hermoso litoral.
Esta es una manifestación inequívoca de la irracionalidad del sistema neoliberal que domina a nuestro país, a la derecha y a algunos sectores del gobierno. En lo fundamental esto se produce en parte importante por la Constitución de 1980 que modificó el carácter social del Estado por el subsidiario, dando cauce al lucro y a la desregulación nacional. Y en este plano es claro el fracaso de la institucionalidad medioambiental chilena que carece de resguardos efectivos para proteger el ecosistema, el medioambiente y nuestra salud.
Frente a los colosales volúmenes de ganancias de las mineras, la verdad es que estamos perdiendo la gran oportunidad de incorporar tecnología de punta para la generación de energía si el rasero con el que se miden estas iniciativas fuera el progreso regional sustentable y no solo el del lucro económico.
Frente a estos fenómenos que no pararán sino que se incrementarán es necesario que tengamos en cuenta que el actual paradigma de desarrollo sostenido por los sectores políticos mencionados, esto es los inmensos requerimientos de “nuestros” recursos naturales de parte del primer mundo y toda la desregulación que se les ha ofrecido a las transnacionales mineras para explotarlos, ese paradigma no puede continuar. Tenemos que ser más responsables frente a las generaciones venideras, como no lo fueron los que nos antecedieron y dilapidaron el colosal recurso salitrero que nos tiene estancado como país monoexportador. Se nos ha asignado en esta globalización el papel de abastecedor de materias primas sin valor agregado.
Es importante tener esto en cuenta porque si rechazamos de plano la instalación de estas termoeléctricas existe la tecnología para implementar sistemas de generación de energía sana. Ciertamente se requiere de una mayor inversión y estos recursos están de sobra producto de las grandes ganancias de las mineras, esto si hay voluntad real de retribuir a nuestra región por las inmensas ganancias sacadas de la zona. Es la ocasión para exigir una nueva política energética, de investigación, desarrollo y aplicación de energías alternativas. Asimismo la gente de nuestro litoral no puede continuar recibiendo migajas y debe levantar la exigencia de un fuerte apoyo a iniciativas de desarrollo locales vinculadas a la actividad pesquera y turística, exigiendo la articulación de un Plan de Desarrollo Regional que los incorpore plenamente en su gestación. (Epifanio Flores)




























































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