Solidaridad con Bolivia
(En DIARIO 21 de Iquique, del 18 agosto 2008)
Con un categórico apoyo popular obtenido en el reciente referéndum ratificatorio, el presidente del hermano país de Bolivia, Evo Morales, inicia una nueva etapa en el marco de una sorda pero pertinaz ofensiva del imperialismo norteamericano por desestabilizar a su gobierno y al proceso bolivariano en curso. Las fuerzas progresistas de Bolivia se propusieron superar el 54% de apoyo obtenido el año 2005 y lo lograron ampliamente.
La verdad es que el proceso bolivariano en desarrollo se cruza a la aspiración norteamericana que busca garantizar y proteger en su retaguardia estratégica la libre circulación y la protección del capital transnacional, particularmente el norteamericano. El objetivo de Estados Unidos es el de apoderarse del corazón andino del continente, especialmente de la cuenca amazónica, pero también de los espacios regionales pródigos en recursos minerales, para consolidar el control geopolítico y militar de vitales recursos de la biodiversidad e importantes recursos naturales y ambientales. En nuestro país y en particular en el norte grande chileno la apropiación de este gran capital de “nuestras” fabulosas riquezas mineras, del agua y de grandes espacios del ecosistema altiplánico, es una dura realidad, ocultada (y hasta celebrada) por nuestras autoridades y nuestra “clase” política autóctona.
En este plano y en el caso de Bolivia, el imperialismo propugna el separatismo de las regiones geográficas ricas en recursos, para así redefinir los Estados formalmente constituidos, para beneficio de las transnacionales y sus aliados locales. Es lo que actualmente acontece en la Triple Frontera, en la Amazonia, pero especialmente en Bolivia, aunque ello conduzca a verdaderos precipicios a sus pueblos. Por otro lado está la política de la separación de nuestros respectivos pueblos por medio de la prédica chovinista, usada tanto en Bolivia, Chile y Perú, buscando enemistar a nuestros pueblos, a separarnos en divisiones fabricadas a propósito y para el beneficio de la introducción de su nefasta política de apropiación de nuestros recursos. Asimismo apoya y facilita las tácticas de cooptación del movimiento social, a escala local corrompiendo municipios, autoridades locales y a dirigentes rurales; y a escala latinoamericana mediante los gobiernos de “consenso y concertación nacional”, como acontece en la actualidad con los consensos entre la derecha y la Concertación, política especialmente impulsada en el gobierno del “socialista” Lagos.
A estos propósitos de dominación imperialista se les cruza heroicamente la hermana nación de Bolivia.
Nuestro país en general, el norte chileno muy en particular, tenemos mucho que ganar en el fortalecimiento de la integración de nuestros países del cono sur, especialmente con Perú y Bolivia, por lo que propiciamos la integración de nuestros respectivos pueblos. Las inmensas potencialidades para obtener de conjunto un gran desarrollo económico y social están latentes si trabajamos de verdad por nuestra integración, coordinación y la cooperación.
De conjunto nuestros tres países disponemos de variados recursos energéticos, hídricos, diversidad de materias primas, costas del Pacífico y puertos orientados al polo de desarrollo que significa la emergente Asia, la República Popular China, Japón y otras naciones de esa área, dan base para un potente desenvolvimiento industrial y de servicios en todos esos espacios. Estas posibilidades se ven reforzadas por las interacciones con otros países como Brasil, Paraguay, Ecuador, el Noroccidente argentino, que pueden contar con facilidades para el intercambio de sus productos con los países del Asia-Pacífico. Por lo mismo la solidaridad de hermano con Bolivia es un inmenso acto de patriotismo y de defensa de nuestra propia nación.
Epifanio Flores
Partido Comunista de Chile - Comite Regional Iquique
Con un categórico apoyo popular obtenido en el reciente referéndum ratificatorio, el presidente del hermano país de Bolivia, Evo Morales, inicia una nueva etapa en el marco de una sorda pero pertinaz ofensiva del imperialismo norteamericano por desestabilizar a su gobierno y al proceso bolivariano en curso. Las fuerzas progresistas de Bolivia se propusieron superar el 54% de apoyo obtenido el año 2005 y lo lograron ampliamente.
La verdad es que el proceso bolivariano en desarrollo se cruza a la aspiración norteamericana que busca garantizar y proteger en su retaguardia estratégica la libre circulación y la protección del capital transnacional, particularmente el norteamericano. El objetivo de Estados Unidos es el de apoderarse del corazón andino del continente, especialmente de la cuenca amazónica, pero también de los espacios regionales pródigos en recursos minerales, para consolidar el control geopolítico y militar de vitales recursos de la biodiversidad e importantes recursos naturales y ambientales. En nuestro país y en particular en el norte grande chileno la apropiación de este gran capital de “nuestras” fabulosas riquezas mineras, del agua y de grandes espacios del ecosistema altiplánico, es una dura realidad, ocultada (y hasta celebrada) por nuestras autoridades y nuestra “clase” política autóctona.
En este plano y en el caso de Bolivia, el imperialismo propugna el separatismo de las regiones geográficas ricas en recursos, para así redefinir los Estados formalmente constituidos, para beneficio de las transnacionales y sus aliados locales. Es lo que actualmente acontece en la Triple Frontera, en la Amazonia, pero especialmente en Bolivia, aunque ello conduzca a verdaderos precipicios a sus pueblos. Por otro lado está la política de la separación de nuestros respectivos pueblos por medio de la prédica chovinista, usada tanto en Bolivia, Chile y Perú, buscando enemistar a nuestros pueblos, a separarnos en divisiones fabricadas a propósito y para el beneficio de la introducción de su nefasta política de apropiación de nuestros recursos. Asimismo apoya y facilita las tácticas de cooptación del movimiento social, a escala local corrompiendo municipios, autoridades locales y a dirigentes rurales; y a escala latinoamericana mediante los gobiernos de “consenso y concertación nacional”, como acontece en la actualidad con los consensos entre la derecha y la Concertación, política especialmente impulsada en el gobierno del “socialista” Lagos.
A estos propósitos de dominación imperialista se les cruza heroicamente la hermana nación de Bolivia.
Nuestro país en general, el norte chileno muy en particular, tenemos mucho que ganar en el fortalecimiento de la integración de nuestros países del cono sur, especialmente con Perú y Bolivia, por lo que propiciamos la integración de nuestros respectivos pueblos. Las inmensas potencialidades para obtener de conjunto un gran desarrollo económico y social están latentes si trabajamos de verdad por nuestra integración, coordinación y la cooperación.
De conjunto nuestros tres países disponemos de variados recursos energéticos, hídricos, diversidad de materias primas, costas del Pacífico y puertos orientados al polo de desarrollo que significa la emergente Asia, la República Popular China, Japón y otras naciones de esa área, dan base para un potente desenvolvimiento industrial y de servicios en todos esos espacios. Estas posibilidades se ven reforzadas por las interacciones con otros países como Brasil, Paraguay, Ecuador, el Noroccidente argentino, que pueden contar con facilidades para el intercambio de sus productos con los países del Asia-Pacífico. Por lo mismo la solidaridad de hermano con Bolivia es un inmenso acto de patriotismo y de defensa de nuestra propia nación.
Epifanio Flores
Partido Comunista de Chile - Comite Regional Iquique
Etiquetas: Integracion
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5:44 p. m.
